Se denomina depilación láser definitiva al proceso por el cual se aplica una luz de alta energía (láser) que actúa sobre las zonas de la piel donde crece el pelo pero sin afectar a las delicadas estructuras adyacentes. Esto se debe a las características de esta luz, que es absorbida primeramente por la melanina, cercana a las células matriciales del folículo piloso. Cuando esta luz es absorbida por la melanina, se produce calor, provocando la destrucción de dichas células que son las que aseguran la vitalidad y crecimiento del pelo. Esta es la razón por la cual el vello no vuelve a crecer.
En nuestro cuerpo, el pelo pasa por etapas de crecimiento, reposo e involución. En etapa de crecimiento es en donde la melanina se encuentra cercana a las células matriciales. En esta instancia es cuando gracias a la luz se produce el efecto deseado. El crecimiento del pelo no es sincrónico, esto significa que no todos crecen al mismo tiempo.
En el tratamiento, cada sesión elimina únicamente los vellos que se encuentran en la etapa de crecimiento. Siendo necesaria la espera de un tiempo determinado (alrededor de 30 días) para poder tratar y eliminar los pelos que no estuvieron en dicha fase. Cada folículo eliminado eficazmente implica la eliminación del pelo al que daba lugar.
En la primera sesión, se evaluará las características de tu piel y pelo, brindándote así su mejor predicción en cuanto a los resultados esperables. A partir de esta evaluación, se determinaran los parámetros en los cuales se aplicara el tratamiento. La sesión consiste básicamente en la aplicación de la luz mediante un cabezal que se apoya en la piel, hasta completar el área a tratar. No se trabaja pelo por pelo.
Es importante aclarar que los vellos no se eliminan instantáneamente, sino que van desapareciendo en los días siguientes a la sesión. Siendo visibles los resultados desde la primera sesión. El tratamiento es indoloro y aunque la mayoría de las personas lo toleran sin inconvenientes, la aplicación de la luz puede llegar a producir molestias debido al calentamiento de los folículos.
Utilizamos equipos que poseen sistemas de enfriamiento, y aplicamos gel frío neutro sobre la piel, lo que implica menos molestias y mayor seguridad.
Los factores como el fototipo de la piel y las características del pelo (color, densidad, grosor) hacen que la cantidad de sesiones varíe relativamente según cada caso. Se estima que el tratamiento requiere de entre 6 a 8 sesiones. Gracias a los equipos láser de alta gama que utilizamos, los resultados que se obtienen son sorprendentes.
Más del 60% del pelo se pierde definitivamente al concluir las primeras tres sesiones, perdiendo pelo a menor ritmo en las siguientes sesiones, hasta superar el 90% al momento de concluir el tratamiento. Los resultados al finalizar el tratamiento perduran en la totalidad de los pacientes por más de dos años. Pudiendo apreciar sus resultados desde las primeras sesiones. Aunque, dependiendo de la edad y características fisiológicas del paciente, se puede dar la necesidad de realizar algunas sesiones de mantenimiento trimestral a fin de evitar el rebrote del mismo.
Son diversos factores de los que depende el resultado. El área a tratar, el sexo, la edad, color de piel, de pelo y la densidad del mismo. Son sorprendentes los resultados de los tratamientos realizados con equipos láser de diodo. Como ya señalamos, se reducen en las primeras tres sesiones aproximadamente un 60% del pelo, perdiendo pelo hasta superar el 90% al momento de finalizar el tratamiento. Los resultados perduran en la totalidad de los pacientes por más de dos años luego de concluido el tratamiento. Los resultados suelen ser muy efectivos y visibles desde la primera sesión.
El tratamiento es realmente muy seguro. Nuestros equipos láser cumplen con los rigurosos estándares internacionales, entre ellos los de la FDA de los Estados Unidos. Algunas veces, ciertos casos pueden presentar enrojecimiento y ardor luego de realizada una sesión.
Algunos pacientes experimentan molestias tolerables, la mayoría de los pacientes no sienten molestia alguna.
Lo que recomendamos es a partir de la pubertad, aunque con el permiso de un mayor si son menor de 18 años.
Si, la única excepción son las cejas debido a su cercanía con los ojos.
Este proceso es posible con el cabezal especifico.
No, el láser no puede ser aplicado sobre un tatuaje, porque el pigmento absorbe la energía (como lo hace la melanina del bulbo piloso) y aumentando su temperatura puede ocasionar desde la desaparición del tatuaje hasta quemaduras.
Lo ideal es rasurarse el día anterior a la sesión, a fin de llegar a la misma con el pelo al ras. En caso de que te moleste la maquinita, podes reemplazarla por crema depilatoria. Intenta evitar sistemas que te quiten el vello de raíz (cera, pinza de depilar).
No se pueden tratar mujeres embarazadas por la disposición de la OMS (Organización Mundial de la Salud) que recomienda únicamente la realización de tratamientos que sean imprescindibles para preservar la salud de la madre y el bebé.
La lactancia es una contraindicación, si bien no afecta a la salud, se recomienda hacerse el tratamiento con lactancia cuando el bebe también se alimenta con comida porque puede cambiar el sabor y tener otras alteraciones de la leche.
Si te hiciste tatuajes, la médica deberá evitar esas zonas, ya que no se dispara sobre los mismos.
El sistema no es útil sobre pelo canoso.
Hay más contraindicaciones que las mencionadas, por ejemplo si se toma Roacutan, pastillas fotosensibles o si se tiene prótesis, entre otras.
Principalmente, evitar una exposición al sol en los dos o tres días anteriores a la sesión de la zona a tratar.
Si, podés hacerlo aun con la piel bronceada, porque nuestros equipos con láser de diodo lo permiten.
Venir a la sesión con la piel lavada y libre de cosméticos. Si tenés ortodoncia o prótesis dental, necesitas un protector bucal para proteger la zona.
Evitar exponer durante el día siguiente a la sesión, la zona tratada a un baño muy caliente, sauna, etc.
No. Saltear sesiones no afecta el resultado final del tratamiento.